Guardia y Sacerdote: orden, organización, disciplina y poder. Estos tributos se encuentran dispersos en la historia humana y de manera diferida, pero no es común encontrar un guardia y un sacerdote en el mismo espacio y al mismo tiempo, los guardias y los sacerdotes tienen en común la disciplina formativa y la temeridad infundida entre respeto y el miedo de la “sociedad”.
Ambos son formados con disciplina similar y filosofía diferida, la coincidencia social, sin embargo, es ocasionalmente similar en política y filantropía, pero difieren del método. Mientras el guardia cultiva la imagen de la acción del pensamiento y el arte de la guerra, el sacerdote anida la primera parte de la doctrina expuesta por Carl Von Clausewitz ante la continuación del arte de la guerra.
En la Historia, existen referencias de sacerdotes modernos como el Padre Alfredo Gallego, más conocido como “el Padre Pistola”, por el valor de oficiar sus ceremonias misales armado de pistola para defenderse de la delincuencia en Morelia, México.
En la década de los 60, el Sacerdote Salomón (Bolo) Hidalgo Armas en mano, fundó el FLN como instrumento político en busca del poder del Perú y América latina, inspirado por la naciente Revolución Cubana que lideró el comandante en Jefe Fiel Castro Ruz.
Quiérase o no, el Padre Bolo Hidalgo, fue un símbolo sacerdotal, que lucho sin rendirse y vivió bajo la persecución de su propia Iglesia Católica y el dominio Político y Militar del país. Este sacerdote murió con la dignidad a cuesta por lo que creyó y lucho después de viajar por la “Cortina de Hierro” y ser recibido por los líderes del mundo comunista y liberales de entonces.
Otro connotado Sacerdote con vocación al uso de las armas fue Camilo Torres Restrepo (Colombia), quien también para la década de los 60, arma en mano, lucho y murió por su “sacerdocio” entregado a los pobres de su tierra. Sociólogo, Sacerdote, Revolucionario “guerrillero”, cayó asesinado por un Sargento del Ejército Colombiano.
Sacerdotes Revolucionarios en República Dominicana, desde Gaspar Hernández, hasta el Padre Rogelio Cruz, entre ellos, algunos Sacerdotes extranjeros han escrito historias en diferentes momentos e incluso, algunos fueron encarcelados, expulsados y asesinados entre afanes y vínculos con la lucha social en América Latina.
En la Revolución de Abril de 1965, varios sacerdotes nacionales y extranjeros, jugaron papeles importantes en la salud, alimentación, algunos usaron e instalaron armamentos de defensa contra la intervención Americana. Fue una época válida para la historia que ya pasó y su reseña ha quedado en algunas páginas de libros, que hoy se deterioran sin que nadie los consulte.
Sin embargo, en este momento, un sacerdote dominicano, que inició su historia de lucha social y que al igual que los referidos, en conflicto con sus congregaciones, el Padre Rogelio Cruz, continua escribiendo su historia con un lápiz que se gasta con el tiempo, pero que aún escribe.
La particularidad del Padre Rogelio, quien en ocasiones ha ligado el “credo” con piedras, por “diosidencia” se encontró con la singularidad de un guardia “atrevido”, de origen humilde y gran inteligencia, procedente de un rincón del Este del país, específicamente de una “aldea” en su época, enclavada en Hato mayor del Rey (Guayabo Dulces), donde naciera quien más tarde se convirtió en un soldado del Ejército Dominicano, conquistando rango a rango los méritos académicos para recurrir por la filantropía y la política, paseando sus conocimientos y sus condiciones humanas por todo el territorio nacional, que sin programación, también anda el Padre Rogelio desarrollando los mismos pasos.
Zorrilla - Rogelio?
El Mayor General, Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna, un día bajo el calor que no impedía el galante traje militar, propio de un guardia recién ascendido y nombrado Jefe del Estado Mayor, tuvo que encontrarse en una vía, nombrada en honor al Generalísimo dominicano e inmortalizado internacionalmente, Máximo Gómez caminando en el “carro de don Fernando”, al Padre Rogelio, quien recibió la auto-presentación del joven Mayor General Zorrilla Ozuna, que lo invitaba a montar en su vehículo, bajo la negativa del rebelde Sacerdote, que bajo el sol y sudado, insistía en no aceptar la invitación de un militar a quien nunca había visto y mucho menos pensar, que en algún momento de la vida, el destino los haría coincidir en diferentes escenarios del país, predicando el mismo discurso social y comunitario.
Para Zorrilla Ozuna, el tiempo no pasa y predica sus discursos en busca de ser escuchado y asimilado por quienes a través de los medios de comunicación y redes sociales, pueden seguir la esperanza de quienes reciben el mensaje en conjunto, Presidente del Partido Cívico Renovador, así como igual del Instituto de Estudios e Investigación Histórica General Gregorio Luperón, y que se entrega día tras día a su prédica de crecimiento y suma de seguidores.
Pero, tanto el General Zorrilla Ozuna, quien además de Contador, también es Abogado, resalta sus dotes filantrópicos y su lealtad a los amigos, lo cual combina con el Padre Rogelio Cruz en cruzadas cívicas, a quienes se le puede observar ahora en jornadas de comunicación televisiva en canales y redes sociales, analizando temas de importancia social y comunitaria.
Este sacerdote, nacido en un campo de la Vega, aprendió a profesar el amor al prójimo, a la naturaleza, al medio ambiente, al tiempo que sabe cómo llegar al público que acude a presenciarlo en alguna misa oficiada por el Cura Revolucionario de Cristo Rey, donde sembró liderazgo.
En cualquier momento, tal vez aparezca una gran Cruz que podría ser “sireneada” por el discípulo del nazareno y custodia que decidió cargar la cruz dominicana a favor de los terrenales que aún no identifican el peso que soportarían los peregrinos Cruz y Zorrilla.