Con un presidente cuestionado en Estados Unidos, Joe Biden, con signos de limitada salud, según algunos especialistas norteamericanos y otros, frente a uno de los lideres de mayor fortaleza en el mundo, Vladimir Putin, y a la debilidad económica Occidental, sumando el poderío militar que exhiben las potencias mundiales y los conflictos que generan los factores de dominio Geopolítico, la paz del mundo se siente más que amenazada y en espera de un arribo de acuerdo creíble, frente al peligro que acecha la tranquilidad universal que sustituya la Guerra, porque la humanidad está preocupada, asustada y al mismo tiempo irritada e impotente.
Nadie tiene forma de negar que OTAN y USA, sea la misma cosa con Ucrania sumada y otras fuerzas diferidas en diversas potencias mundiales de diferentes geografías.
La ampliación dela OTAN es en este momento, la discordia heredada de la “Guerra Fría”, bajo las pretensiones de los Estados Unidos y la oposición de Rusia.
El conflicto (OTAN –USA y Rusia) tendría solución entre Estados Unidos y Rusia al margen de los otros actores, incluyendo Ucrania, quien es representada por Estados Unidos sin disimulación.
El Comunismo ha “fracasado”, mientras el espejismo del Capitalismo, con el dominio de una gran arma, maneja las opciones mediáticas por encima de cualquier otra perspectiva frente al juego de la indefinida Unión Europea, que ha desperdiciado oportunidades protagónicas permeada por intereses regionales, que al mismo tiempo, lastiman naciones dentro o fuera del bloques velan por su seguridad.
En la década del 60, la Crisis de los Misiles en Cuba tuvo solución negociada bajo la condición de que la entonces URSS, retiraría lo misiles que convertían en blanco seguro a varios estados de los Estados Unidos, al tiempo de que aseguraba que Cuba no sería objeto de invasión militar por Estados Unidos, y al igual, Estados Unidos retiraría su base instalada en Turquía.
Para entonces, estos misiles, instalados en Cuba, vulneraban la seguridad de los Estados Unidos, quienes, desde el punto de vista militar, no debían tolerar la permanencia de estas armas de alto poder, que convertían a Rusia en ventaja indiscutible frente a los Estados Unidos y se exponían a un alto riesgo frente a un enemigo amenazante. Esto obligaba a Estados Unidos a resistir e imponer su razonable posición frente a Rusia y su aliado en el Caribe (Cuba), que terminó lamentando cuando vio la partida de los armamentos que le garantizaban su existencia.
En medio de esta crisis, un poderoso avión espía norteamericano fue abatido en territorio cubano ante la increíble aceptación de Estados Unidos y quienes mantuvieron en secreto este incidente hasta que la presión de los familiares del piloto, Mayor Rudolf Anderson, derribado y que posteriormente se negoció la entrega del cadáver, como parte del acuerdo para “postergar” la crisis.
Este hecho trae a la memoria una clara explicación sobre el tema Rusia – OTAN en el día de hoy, donde los estados Unidos no disimulan su participación a favor de lo que ayer tuvieron que negociar frente a un “reducido” país, donde solo el valor de su líder, Comandante Fidel Castro, decidió con firmeza, defender lo que definió hasta hoy más de 60 años de poder.
El mismo final de la Crisis de los Misiles en Cuba, será la salida de hoy entre Rusia – OTAN sin dejar pasar la diferencia de que en la Crisis de los Misiles, no hubo ninguna acción bélica como la que hoy atenciona el mundo, para entonces solo hubo una víctima humana, el piloto, Mayor Anderson y la destrucción de su poderoso avión espía U-2, que aquel día dos misiles terminaron varios años después del 1ro de mayo, cuando Gary Power, otro piloto norteamericano, fue derribado en Rusia.
El conflicto que hoy asusta al mundo tiene, entre el pasado histórico y el presente, definiciones incalculables, que podría sembrar un destino de peligro para el universo.
Es preciso establecer que la solución del conflicto que ahora vivimos, está escondido en el orden económico, que se repite en las mayorías de las intervenciones militares de los Estados Unidos contra Naciones soberanas o el apoyo a “liliputienses”, al servicio de sátiras al estilo de Jonathan Swift que al final, los pequeños serán las víctimas.